A 40 años del golpe, ¿por una memoria completa? Las verdaderas causas de la violencia

24demarzo

Es llamativo que, quienes desde medios conservadores claman por ejercer una memoria completa para los hechos violentos que ocurrieron en la década del 70, sean los que primero niegan una porción importantísima de la realidad, inclusive la génesis de lo que llaman “guerra”.

Partamos de la premisa de que los sectores progolpistas, que cínicamente llaman a la concordia, alegan que la violencia guerrillera se extendió entre 1969 y 1979. Estos mismos defensores del status quo de entonces se aferran al decreto de “aniquilación de subversivos” firmado por la presidenta Isabel Perón y sus ministros, cuando ese mismo gobierno ejerció el terrorismo de Estado al imponer la creación y acción de la Triple A.

Los que no disimulan su simpatía por el gobierno militar, pero que afirman defender la democracia, sostienen que el golpe de 1976 sucedió en respuesta a las acciones guerrilleras, pero si tomamos sus propios argumentos, la violencia guerrillera comenzó en 1969, en medio del gobierno de facto del General Juan Carlos Onganía, que había derrocado a un presidente constitucional en 1966, el Dr. Arturo Illia.

El plan de gobierno del autoproclamado Francisco Franco criollo fue el vaciamiento del Estado, el totalitarismo y el beneficio de los capitales concentrados, algo que con mucha mayor eficacia llevó a cabo el gobierno militar que llegó al poder hoy hace 40 años.

Los sectores que pretenden hacer un revisionismo histórico de “memoria completa” y critican al gobierno kirchnerista por no mencionar los crímenes guerrilleros y condenar especialmente al gobierno militar tras el golpe de 1976, son los que olvidan que desde 1966 hasta 1970 hubo un gobierno represivo, al que le sucedió el sangriento general Lanusse hasta 1973.

Luego, transcurrió la tercera presidencia de Perón con López Rega, que apadrinaron a los paramilitares que asesinaban militantes de izquierda. Y recién en 1975 se firmó el decreto de aniquilación.

Pero, si nos retrotraemos a los años anteriores al golpe de Onganía, podemos ver que el peronismo y la izquierda estaban proscriptos desde el golpe de 1955. Sólo pudieron gobernar radicales débiles temerosos de nuevos alzamientos, como Arturo Frondizi y el mencionado Illia.

Por lo tanto, si aspiran genuinamente a narrar la historia completa, deberían aceptar que la represión, los gobiernos de facto y las desapariciones comenzaron antes de 1969 y que el Cordobazo, fue una reacción obrero-estudiantil, en respuesta a ese estado totalitario instalado desde 1955, que sucedió en el contexto de la ola libertaria que se vivía en París y que luego se extendió por todo el mundo, incluso dentro del bloque soviético.

El primer desaparecido contemporáneo fue Felipe Vallese, un militante peronista secuestrado y asesinado en 1962.

Ostentar una memoria completa y limitarla sólo a partir de 1969 es no querer aceptar las verdaderas causas de la desgraciada violencia en Argentina.

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